Es difícil morir en un mundo en el que el final y la conclusión han sido desplazados por una carrera interminable sin rumbo, una incompletud permanente y un comienzo siempre nuevo, en un mundo, pues, en el que la vida no concluye con una estructura, una unidad. De este modo, la trayectoria vital queda interrumpida a destiempo. La aceleración actual tiene su causa en la incapacidad general para acabar y concluir. El tiempo aprieta porque nunca se acaba, nada concluye porque no se rige por ninguna gravitación. Byung-Chul Han
Perseguida por la ciudad / Accíón - Gesto.


Parque Berrío

Medellín

2019
La ciudad de Medellín y su centro agobian, nadie se ve con nadie, nos acostumbramos a la perturbación del centro mismo, lleno de cosas, abrumador para los sentidos. De ahí, que la acción sea correr sin poder avanzar, capturada y perseguida por la ciudad, en un mismo punto. De repente, lo pies toman fuerza del recuerdo de los antecesores, como impulso inconsciente el movimiento llega para lanzarse hacía los autos y la carretera que detienen el avance, no permiten continuar el trote, el atleta de mi propio cuerpo se ve forzado a parar desde el instinto de supervivencia que nos sumerge a todos en una carrera sin fin. Es una acción que se repite en un espacio no convencional, la calle del centro de la segunda ciudad capital del país. Es una maratón en un mismo punto, como analogía al movimiento sistemático de la ciudad misma que no para, no se detiene, tiene un flujo de aceleración constante. La acción, tal vez conecta con la memoria genética; correr, buscando escapar, correr del mundo que hemos creado y de la urbe como su representación general.


Miradas del espectador invitado
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